Creso, rey de Lidia, estaba decidido a atacar a los persas, pero, aun así, resolvió consultar a un oráculo griego.
- Estás destinado a destruir un gran imperio - comentó el oráculo.
Contento, Creso declaró la guerra. Tras dos días de lucha, Lidia fue invadida por los persas, su capital saqueada, y el propio Creso apresado. Indignado, pidió a su embajador en Grecia que volviese al oráculo para decirle que habían sido engañados.
- No, no fuisteis engañados - respondió el oráculo al embajador -. Habéis destruido un gran imperio: Lidia.
Dice el maestro:
El lenguaje de las señales está ante nosotros, para enseñarnos la mejor manera de proceder. Sin embargo, intentamos distorsionar esas señales, de modo que "concuerden" con aquello que queremos hacer a toda costa.
Paulo Coelho, Maktub
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