sábado, 2 de marzo de 2019

No sufras por pequeñeces

Leyendo el libro No te ahogues en un vaso de agua, me ha llamado la atención un fragmento de la introducción, que paso a compartir:

Hace alrededor de un año, un editor extranjero contactó conmigo para pedirme que intentara conseguir una nota de presentación  del doctor Wayne Dyer, autor de bestsellers, para una edición extranjera de mi libro You Can Feel Good Again. Le respondí que aunque el doctor Dyer me había  proporcionado una nota de esa naturaleza para un libro anterior, no tenía ni idea de si aceptaría o no volver a hacerlo. De todos modos, les dije, lo intentaría.

Como suele ser el caso en el mundo editorial, envié mi solicitud pero no obtuve respuesta. Al pasar un cierto tiempo, llegué a la conclusión de que el doctor Dyer estaba muy ocupado o no deseaba escribir la nota solicitada. Respeté esta decisión y le hice saber al editor que no podríamos utilizar el nombre del doctor para promocionar el libro. Para mí, el caso estaba cerrado.

No obstante, unos seis meses más tarde recibí un ejemplar de la edición extranjera y, para mi sorpresa, ¡justo en la cubierta estaba la antigua nota de presentación que el doctor Dyer había escrito para el libro anterior! A pesar de mis instrucciones precisas en sentido contrario, el editor extranjero había usado el texto anterior y lo había trasladado al nuevo libro. Me sentí extremadamente alterado, y preocupado por la trascendencia de aquello, así como por las posibles consecuencias. Llamé a mi agente literario, quien de inmediato contactó con el editor y exigió que el libro fuese retirado de las librerías.

En el entretanto, decidí escribirle al doctor Dyer para pedirle disculpas, explicarle la situación y las medidas que se habían tomado para rectificar el problema. Después de pasar unas pocas semanas preguntándome cómo podría reaccionar, recibí por correo la siguiente respuesta: "Richard, hay dos reglas para vivir en armonía. 1) No sufras por pequeñeces, y 2) Todo son pequeñeces. Deja la nota donde está. Saludos, Wayne".

¡Y eso fue todo! Nada de sermones, nada de amenazas. Nada de sentimientos enojosos y nada de enfrentamientos. A pesar de la falta de ética del uso que se había hecho de su famoso nombre, él respondió con elegancia y humildad; nada de alharacas. Su respuesta demostró la importancia del concepto de "ir a favor de la corriente" y aprender a reaccionar con tranquilidad ante la vida.

[...]

Cuando "no sufras por pequeñeces", tu vida no será perfecta, pero aprenderás a aceptar con mucho menos resistencia lo que la vida tiene para ofrecerte. Como nos enseña la filosofía zen, cuando aprendas a "dejar pasar" los problemas en lugar de resistirte con todas tus fuerzas, tu vida comenzará a fluir. Conseguirás, como sugiere la plegaria de la serenidad, "cambiar las cosas que puedes cambiar, aceptar las que no puedes, y tener sabiduría para ver la diferencia".

No te ahogues en un vaso de agua,  Richard Carlson