jueves, 6 de diciembre de 2012

Todos somos iguales

Había un rey en España que estaba muy orgulloso de su lenguaje, y que era conocido por su crueldad con los más débiles. Una vez, caminaba con su comitiva por un campo de Aragón donde, años antes, había perdido a su padre en una batalla. Allí encontró a un hombre santo removiendo una enorme pila de huesos.

- ¿Qué haces ahí? - preguntó el rey.

- Honrada sea vuestra majestad - dijo el hombre santo -. Cuando supe que el rey de España iba a pasar por aquí, decidí recoger los huesos de vuestro padre fallecido para entregároslos. Sin embargo, por más que busco, no consigo encontrarlos: son iguales que los huesos de los campesinos, de los pobres, de los mendigos y de los esclavos.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Ludwig van Beethoven

El gran genio de la música Ludwig van Beethoven se permitió el lujo de escribir al príncipe Lichnowsky:

"Vuestra alteza es príncipe por azar y nacimiento; lo que yo soy, lo soy por mí mismo. Príncipes hay y habrá miles; Beethoven, sólo hay uno."

domingo, 11 de noviembre de 2012

Las manos de Dios

Maestro y discípulo caminan por los desiertos de Arabia. El maestro aprovecha cada momento del viaje para instruir al discípulo sobre la fe.

- Confía tus cosas a Dios; - dice él - Dios jamás abandona a sus hijos.

De noche, al acampar, el maestro pide al discípulo que ate los caballos a una roca cercana. Él va hasta la roca, pero recuerda las enseñanzas del maestro: "Me está poniendo a prueba - piensa -. Debo confiar los caballos a Dios". Y deja los caballos sueltos. Por la mañana, el discípulo descubre que los animales han huido. Enfadado, busca al maestro.

- No sabes nada sobre Dios - protesta -. Le encomendé a Él el cuidado de los caballos. Y los animales no están allí.

- Dios quería cuidar de los caballos - responde el maestro -. Pero, en aquel momento, necesitaba tus manos para atarlos.

Paulo Coelho

domingo, 4 de noviembre de 2012

Incultura musical

Los exámenes escolares de música son una fuente inagotable de disparates. Aunque a menudo nos hagan sonreír, la situación es preocupante dado que la incultura musical es en ellos tan palpable como una lamentable muestra del desconocimiento generalizado que sobre música existe en España, un país en el que no saber quien fue el autor de La Celestina o quien pintó el Guernika constituyen lagunas imperdonables pero ignorar la significación histórico - artística de Schönberg o no saber quién compuso La flauta mágica son faltas menores achacables a que al interesado "no le gusta la música". Como si la cultura fuera una cuestión de gusto... Si usted no sabe resolver una raíz cuadrada no se preocupe, lo que pasa es que a usted no le gustan las matemáticas... Una barbaridad, ¿no?; pues bien, en música es así. ¡Qué le vamos a hacer! Ojalá las autoridades comprendan de una vez que la música es cultura y de este modo barbaridades como las que leemos o escuchamos sean simplemente algo que nos haga sonreír y que no nos deprima.

Lawrence Lindt, Historias de la historia de la música

sábado, 6 de octubre de 2012

El amanecer

Un rabino preguntó una vez a sus alumnos si sabían cuándo terminaba la noche y empezaba el nuevo día.

- Cuando se puede distinguir un animal a distancia y saber si es una oveja o un perro - sugirió un discípulo.

- No, te equivocas - dijo el rabino.

- Cuando se puede diferenciar un árbol a distancia y saber si es una higuera o un ciruelo - sugirió otro.

- No, te equivocas - volvió a decir el rabino.

- Y entonces - replicaron los discípulos - ¿cuándo?

- Pues muy sencillo. Cuando a distancia se puede distinguir la cara de un ser humano y saber si es tu hermano o tu hermana. Porque cuando no lo sabes, sea la hora que sea, siempre será de noche.

miércoles, 3 de octubre de 2012

La horca

Una antigua leyenda peruana habla de una ciudad donde todos eran felices. Sus habitantes hacían lo que querían y se entendían bien, menos el alcalde, que vivía triste porque no había nada que gobernar.

La prisión estaba vacía, el tribunal nunca se utilizaba, y la notaría no daba beneficio, porque la palabra valía más que el papel.

Un día, el alcalde mandó venir trabajadores de lejos, que cerraron con vallas el centro de la plaza principal; se oyeron martillos golpeando y sierras cortando madera.

Al cabo de una semana, el alcalde invitó a todos los ciudadanos a la inauguración.

Solemnemente, las vallas fueron retiradas y apareció... una horca.

La gente comenzó a preguntarse qué hacía allí aquella horca. Con miedo, empezaron a acudir a la justicia para cualquier cosa que antes se resolvía de común acuerdo. Recurrían al notario para registrar documentos que antes eran sustituidos por la palabra. Y volvieron a escuchar al alcalde, por miedo a la ley.

La leyenda dice que la horca nunca fue usada. Pero bastó su presencia para cambiarlo todo.

Paulo Coelho

sábado, 15 de septiembre de 2012

Perseguir la felicidad

Le dijo un cachorrillo al perro viejo:

- Aprendí en un curso de filosofía que la felicidad es el colmo de la vida y que se encuentra en mi rabo. Desde entonces me dedico a perseguir a mi cola; cuando consiga atraparla, tendré la felicidad y habré colmado mi vida.

El perro viejo contestó:

- Sí, yo también he reflexionado sobre eso mismo. Pero he notado que, cuando persigo mi rabo, doy vueltas y más vueltas y el rabo siempre se me escapa; pero en cambio, cuando continúo tranquilamente mi camino, el rabo me sigue.

En camino con Dios, Hedwig Lewis

sábado, 1 de septiembre de 2012

Tocar para uno mismo

Ángela Pontual asistía a una obra de teatro en Broadway, y salió para tomar un whisky en el descanso. La sala de espera estaba llena; la gente fumaba, conversaba, bebía. Un pianista tocaba. Nadie prestaba atención a la música. Ángela comenzó a beber y a mirar al músico. Él parecía aburrido, haciendo aquello por obligación, loco por que acabase el descanso.
 
Al tercer whisky, ya un poco bebida, se acercó al pianista.
 
- ¡Es usted un aburrido! ¿Por qué no toca sólo para usted? - vociferó.
 
El pianista la miró, sorprendido. Y, al instante, comenzó a tocar las piezas que le gustaría estar tocando. En poco tiempo, la sala de espera estaba en completo silencio.
 
Cuando el pianista acabó, todos aplaudieron con entusiasmo.
 
Paulo Coelho

jueves, 30 de agosto de 2012

La marioneta de trapo

Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera.

Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.

Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!

A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.

Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.

Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría "te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan.


JOHNNY WELCH

martes, 28 de agosto de 2012

El árbol de Navidad

La víspera de Navidad el viajero y su mujer hacían un balance del año que terminaba. Durante la comida en el único restaurante de un pueblo de los Pirineos, el viajero comenzó a quejarse por algo que no había ocurrido como deseaba.

La mujer miraba fijamente el árbol de Navidad que adornaba el restaurante. El viajero se dio cuenta de que a ella ya no le interesaba la conversación, y cambió de tema:

- Bonita la iluminación de este árbol - dijo.

- Es verdad - respondió la mujer -. Pero si te fijas bien, en medio de esas decenas de bombillas hay una que está fundida. Me parece que, en vez de ver el año como decenas de bendiciones que brillaron, te estás fijando en la única bombilla que no iluminó nada.

Paulo Coelho

domingo, 26 de agosto de 2012

Aprender a ver el vaso medio lleno

Muchas personas creen que el optimismo se lleva en los genes, pero es falso. Aprender a ver lo positivo de todo no es tan difícil. Es la habilidad que nos ayuda a enfrentar las dificultades con buen ánimo, poniendo énfasis en lo positivo y confiando en nuestras capacidades y posibilidades.
 
Flexibilidad en la interpretación. La realidad está ahí, pero podemos interpretarla de muchas maneras. No se trata de inconsciencia y obviar lo negativo, sino de centrarnos en lo positivo. De cada situación que vivimos obtenemos la experiencia para poder enfrentarnos a nuevos retos. El cambio no es fácil, pero es sinónimo de evolución.
 
Buenas relaciones interpresonales. Tener apoyo, sentirse querido y valorado es un colchón de seguridad. Toda desavenencia se supera mejor rodeado de los tuyos.
 
Plantearse objetivos. Los retos son un incentivo para continuar. Nos dan la fuerza e ilusión necesarias en los malos momentos.
 
Ver el vaso medio vacío o medio lleno solo está en ti. Es el primer paso y el más difícil, pero así controlarás tu vida y serás más optimista.
 
"El optimista siempre tiene un proyecto; el pesimista, una excusa."

viernes, 24 de agosto de 2012

Preocupación

Dice el maestro:
 
Reflexionad sobre cómo ciertas palabras fueron construidas para mostrar claramente lo que quieren decir.
 
Tomemos la palabra "preocupación", y dividámosla en dos: pre y ocupación. Significa ocuparse de algo antes de que ocurra.
 
¿Quién, en todo este universo, puede tener el don de ocuparse de algo que todavía no ha ocurrido?
 
Nuna te preocupes. Estáte atento a tu destino y a tu camino. Aprende todo lo que necesites aprender para manejar bien la espada de la luz que te fue confiada. Reflexiona sobre cómo luchan tus amigos, tus maestros y tus enemigos. Practica bastante, pero no cometas el peor de los errores: creer que sabes cuál es el golpe que tu adversario va a dar.
 
Paulo Coelho

miércoles, 22 de agosto de 2012

La plantación de semillas

Piense un momento en una tomatera. Una planta sana puede cargar más de un centenar de tomates. Para conseguir una planta así es necesario empezar por una semilla seca, que no separece en nada a una tomatera, ni sabe seguramente a tomate, y que si usted no la conociera, ni siquiera creería que puede convertirse en una planta de tomate.

Sin embargo, supongamos que planta la semilla en un poco de tierra buena, empieza a regarla y deja que le dé el sol. Cuando aparece el primer tallito, usted no le da un pisotón, diciendo que eso no es una tomatera; más bien lo mira y se alegra. "¡Qué bien, ya está saliendo!", dice, y lo mira crecer con deleite.

En su momento, si sigue regándola, cuida de que no le falte sol y le quita las malezas, la plantita llegará a convertirse en una tomatera con más de un centenar de espléndidos  tomates. Y todo empezó con una semillita.

Lo mismo pasa cuando usted quiere crearse una experiancia nueva. La tierra es la parte subconsciente de su mente. La afirmación nueva es la semilla. La nueva experiencia está, en su totalidad, en la semillita. Usted la riega con afirmaciones, deja que se bañe en el sol de sus pensamientos positivos, limpia de malezas el jardín arrancando las ideas negativas que se le ocurren. Y cuando ve por primera vez una mínima prueba de que algo está creciendo, no la pisotea, quejándose de que eso no es bastante, sino que la mira y exclama jubilosamente: "¡Oh, qué bien! Ya está saliendo. ¡Esto funciona!". Y sigue observando cómo crece, para convertirse en la manifestación de su deseo.

Louise Hay, Usted puede sanar su vida

domingo, 12 de agosto de 2012

Curación

Un poderoso monarca llamó a un santo padre, del que todos decían que tenía poderes curativos, para que lo ayudase con sus dolores de columna.

- Dios nos ayudará - dijo el hombre santo -. Pero antes vamos a entender la razón de estos dolores. La confesión hace que el hombre se enfrente con sus problemas, y lo libera de muchas cosas.

Y el sacerdote empezó a preguntarlo todo sobre la vida del rey, desde cómo trataba a su prójimo hasta las angustias y aflicciones de su reinado. El rey, molesto por tener que pensar en problemas, se volvió hacia el hombre santo.

- No quiero hablar de esos asuntos. Por favor, traedme a alguien que cure sin hacer preguntas. El padre salió y volvió media hora después con otro hombre.

- Éste es el hombre que necesitáis - dijo él -. Mi amigo es veterinario. No acostumbra a hablar con sus pacientes.


Paulo Coelho

viernes, 10 de agosto de 2012

Fabricante

En su éxito editorial El poder del pensamiento tenaz, el popular escritor Norman Vincent Peale narra una experiencia tragicómica que le ocurrió en el restaurante de un tren.

Peale estaba sentado enfrente de un matrimonio, al que no conocía. Era claro que la señora, envuelta en pieles, diamantes y moda de alta costura, estaba disgustada. Criticaba todo: el vagón le parecía sucio, le molestaba una corriente de aire, el servicio era horrible, y la comida, insípida. Su marido, por el contrario, era una persona cordial, afable, sencilla y complaciente. Se le veía embarazado por la actitud despectiva de su esposa, y también contrariado, ya que estaban en un viaje de recreo. Para cambiar la conversación, se volvió a Peale, le preguntó por su profesión y le dijo que él era abogado. Y, con una sonrisa un poco pícara, añadió:

 - Mi mujer es "fabricante", está en el negocio de la producción y manufactura.

Peale se sorprendió, porque la señora no daba la menos impresión de serlo, y así preguntó:

- ¿Y qué es lo que fabrica?

- Desdicha - contestó el buen hombre con un suspiro -. Fabrica su propia infelicidad.

Aunque suene extraño, hay una clase de gente que, según parece, tiene por "profesión" el vivir disgustada y triste y, de paso, hacer desgraciada la vida de cuantos viven a su alrededor. Vivir con tales personas y no dejar que su actitud negativa se nos pegue requiere cierto talento... y ¡sentido común!

Afortunadamente también nos encontramos con gente cuyo "negocio" es "fabricar alegría", "producir felicidad". ¡Qué necesaria es para todos esa gente en el camino de la vida!

Hedwig Lewis, S.J.  En camino con Dios

Y tú, ¿qué quieres: fabricar infelicidad o ser fabricante de alegría y productor de felicidad?

miércoles, 1 de agosto de 2012

El momento oportuno


El viajero come con una amiga abogada en Fort Lauderdale. Un borracho muy animado en la mesa de al lado intenta buscar conversación todo el tiempo. A cierta altura de la conversación, la amiga le pide al borracho que se calle. Pero él insiste:

- ¿Por qué? He hablado de amor como un hombre sobrio nunca habla. He demostrado alegría, he intentado comunicarme con desconocidos, ¿qué hay de malo en ello?

-  No es el momento oportuno - responde ella.

- ¿Quiere decir que existe una hora oportuna para mostrar felicidad?

Después de esta frase, invitan al borracho a su mesa.


Paulo Coelho

martes, 31 de julio de 2012

Experiencia demoledora para la imagen


Un amigo mío, mayor, de unos cincuenta, vio a esa edad por primera vez, era ciego y le operaron con éxito. Pues bien, sólo era capaz de aplicar a los objetos los conocimientos adquiridos por el tacto, la profundidad le despistaba, creía que podía salir por la ventana y pisar el suelo de la calle. Jamás aprendió a leer con los ojos y continuó haciéndolo con el Braille. Pero lo terrible fue la abrumadora depresión que se apoderó de él en cuanto pudo ver, los colores le producían gran placer, pero era hipersensible a la suciedad o a cosas tales como paredes desconchadas, tanto que voluntariamente retrocedió a su oscuro mundo interior, sin imágenes, olvidándose de encender la luz por la noche, encerrándose en cuartos oscuros por el día. Tres años después de la operación, murió.

Raúl Guerra, Antología de cuentos

miércoles, 18 de julio de 2012

Llorar


Dice el maestro:

Si tienes que llorar, llora como los niños.

Fuiste niño un día, y una de las primeras cosas que aprendiste en la vida fue llorar, porque forma parte de la existencia. Jamás olvides que eres libre, y que mostrar emociones no es una vergüenza.

Grita, solloza en alto, haz ruido si te da la gana, porque así lloran los niños, y ellos conocen la manera más rápida de sosegar sus corazones.

¿Te has fijado en cómo dejan de llorar los niños? Algo los distrae, algo llama su atención hacia una nueva aventura.

Los niños dejan de llorar muy rápido. Eso mismo te pasará a ti, pero sólo si lloras como llora un niño.


Paulo Coelho