domingo, 29 de julio de 2018

La mariposa

Un hombre encontró un capullo de mariposa y se lo llevó a su casa para ver cuando saliera del capullo. Un día observó que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por abrirlo más grande, para poder salir. El hombre vio que la mariposa forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Pareció que se había atascado.

Entonces el buen hombre decidió ayudar a la mariposa, y con una pequeña tijera cortó un lado del agujero para hacerlo más grande, de manera que la mariposa pudiera salir del capullo. Sin embargo, al salir, tenía todo el cuerpo muy hinchado y las alas pequeñas y dobladas. El hombre esperaba que las alas se desdoblaran y que el cuerpo se contrajera, pero no sucedió ninguna de las dos cosas y la mariposa solamente pudo arrastrarse en círculos, con su cuerpecito hinchado y las alas dobladas. Nunca pudo llegar a volar.

Imagen relacionadaLo que el hombre en su bondad no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida para salir del diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes, y luego pudiese volar y obtener la libertad... ¡poder volar era algo que solamente podía llegar después de la lucha!

Algunas veces lo que necesitamos en la vida es la lucha. Si pudiésemos progresar sin obstáculos, nos convertiríamos en inválidos, no podríamos crecer. ¿Cuántas veces hemos querido tomar el camino fácil para salir de dificultades, tratando de usar "tijeras" para recortar el esfuerzo que nos conducirá al éxito? Así como el oro es refinado con el fuego, solo a través de nuestros esfuerzos y caídas saldremos fortalecidos. Solamente a través de nuestro esfuerzo podremos encontrar el éxito.

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