miércoles, 28 de enero de 2015

Los jóvenes y la Iglesia

Por lo general, los jóvenes están muy lejos de la Iglesia. No necesariamente porque tengan algo contra ella, sino porque, sencillamente, no somos interesantes, nuestra propuesta de fe les es irrelevante. ¿Qué hacer?
 
Algunas sugerencias de Enzo Biemmi:
 
1. Hay que ir a los jóvenes allí donde están. Su mundo nos es generalmente desconocido, pero es un mundo lleno de vitalidad, de interrogantes y expectativas.
 
2. Debemos atrevernos a proponerles algo. Si únicamente les esperamos, transformaremos las parroquias en salas de espera vacías.
 
3. La propuesta que les hagamos no tiene que deslumbrarles a base de efectos especiales: ellos ya saben cómo divertirse y distraerse. Lo que podemos proponerles es una experiencia de interioridad, de espiritualidad, de silencio, de oración.
 
4. Ellos aprecian las cosas bellas. El camino de la belleza es para ellos el camino real de la fe. El arte, la música, las flores... son los lenguajes que entienden y aman.
 
5. Los jóvenes van con los jóvenes. Ellos se evangelizan mutuamente.
 
Tal vez el camino para acercarlos al Evangelio pueda ser que las puertas de las iglesias sean de cristal y que dentro haya siempre una luz encendida.
 

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